Solo tengo un vago recuerdo de su regreso al Club después de haber jugado en Colombia. Creo que fue por el 54 y especialmente regresan a mi mente el ambiente familiar y la barriada que aguardaba expectante al goleador. Como segundas veces la cosa no debe haber sido buena porque sé que estuvo poco y se fue para Gimnasia de la Plata.
Podría referir a la perfección estos recuerdos borrosos y aclarar estadísticas que seguro están en el libro de su autoría que me hiciera llegar hace unos años dedicado con mucho cariño y con letra tan bella y clara como su goles de cabeza que yo no vi allá en la tercera de vértigo con Picot, Gambina, Rial y Seoane que el integró como interior derecho ( insider, como se decía en aquellos años) y en el campeonato del 50 en el que fue goleador junto a Vernaza de Platense.
Tapa de El Gráfico como indicaban los manuales de los grandes de una época, hombre querido entre colegas, gremialista en tiempos de la formación de FAF, docente, amante del deporte se nos acaba de ir otro referente de un tiempo de grandeza, de cuando San Lorenzo era el faro deportivo y social que alumbraba toda la Ciudad que seguía sus movimientos porque en todo ( o casi en todo) éramos los primeros.
En estas líneas van mis recuerdos de pibe y mis afanes otoñales de un San Lorenzo con la grandeza que se merece. Admirado Mario Papa, descanse en paz.
Osvaldo Álvarez
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