El inicio del 2008 viene siendo un gran cachetazo para todos los Cuervos.
Si bien es cierto que los comerciales torneos del verano no sirven para nada, son compromisos económicos, se juegan con equipos con 48 o 72 horas de entrenamiento, y representan a veces riesgos de lesiones inútiles, lo único que tienen de bueno es que sirven para ir calibrando la mirilla y ajustando el equipo. Si nos guiamos por este último seudo-torneo, lo único que nos dejó como vestigio de lo que podría ser, fue la continuidad de esa falta de fútbol que venimos padeciendo desde el campeonato ganado en el pasado mes de junio.
Desde ya que no era nada gravemente preocupante, dado que eran momentos de mero afianzamiento, pero se dejaba traslucir que las distintas formaciones no tenían un esquema colectivo mucho más allá del sacrificio y el centro al área. Es cierto, faltaban jugadores que se estaban buscando, son partidos que no son para arriesgar el físico, y no era cuestión de quedar con jugadores de baja en ese momento.
Pero el inicio del Clausura el pasado viernes ya es un feo toque de atención.
- Un jugador que se expulsa a 4 minutos de empezar el partido, no es algo lógico.
- El año pasado, a estas épocas, soñábamos con una delantera con Fernandez, Silvera y Lavezzi; pensábamos en un ataque que no sería fácilmente sostenible por los rivales. Hoy vemos a Silvera muy solo arriba y los roles de los otros dos atacantes intentaron ser cubiertos con subidas de jugadores que, por su condición táctica dentro de un equipo, son más útiles cuando llegan por sorpresa, por desequilibrio cuando se desplaza el atacante de ese lado, pero no cuando terminan siendo la apertura constante (un delantero encara, centra, pasa para atrás, depende de cómo la vea en ese momento; los defensores llegando al fondo suelen siempre tirar un centro como única definición de su jugada). Del “tridente” nos fuimos al “unicornio”, como ese famoso de color azul que se perdió, al igual que la idea ofensiva del equipo.
- El medio campo es voluntarioso, pero no saca una pelota clara para los delanteros; falta esa limpieza de salida de Ledesma y hace ya 8 meses que lo extrañamos sin soluciones.
Para los que recordamos esa final de liguilla del ‘88 contra el fenecido Racing Club (R.I.P.), no olvidaremos que jugamos con Sivisky y Ortega Sánchez de delanteros con cuatro volantes por detrás. No teníamos delanteros para poner (Tedini, Hernandez y Perazzo lesionados), pero se buscaba cómo atacar. Hoy, lamentablemente, no vemos ese criterio.
- Los errores del fondo son dolorosos: las pifias del viernes, las malas salidas (del viernes y en Venezuela), casi siempre terminan en zozobra en el arco de Orión.
- No tenemos gol. Se fue la Gata; la forma de jugar solitaria de Silvera; los pocos minutos de Romeo; la carencia de un delantero por afuera y, por ahora, la falta de acople de D’Alessandro (que no debe conocer a sus compañeros de campo todavía) hacen que no ataquemos lastimando. Y sin goles………….
- El equipo Campeón Clausura 2007, tampoco es un misterio, fue un equipo compacto que supo juntarse, sacrificarse y hacer bien las cosas que podía. No fue el Campeón (con mayúsculas) como los Matadores, ni como el de la delantera del 46; pero fue un equipo prolijo con criterio. Si hasta como que es increíble la pérdida de ese criterio en tan poco tiempo.
Parece mentira vernos en este inicio de esta forma: dos jugados, dos perdidos, tres expulsados (o cinco en los últimos siete), cuatro goles en contra y ninguno a favor (no sólo eso, casi ninguna situación clara a favor), falta de juego colectivo, el puesto de “5” vacante, y un cierto tufillo a que la cosa viene fulera.
Ya en el campeonato pasado comentamos alguna vez (y lo pusimos en el blog) que hacía tiempo que no veíamos una jugada hilvanada, que dependíamos del centro, de un pelotazo largo, pero que estaban faltando esas jugadas que sí veíamos en el Campeón 2007. Claro, el equipo campeón, ya no existe como tal: las bajas de Ferreira, Ledesma, Fernandez y Lavezzi resquebrajaron una estructura que ahora deberá amalgamarse como equipo. Con un problema: los tiempos urgen.
Ya todos sabemos que esa época de cantar la formación de tu equipo de memoria es cosa de un pasado lejano que no regresa, y este nuevo equipo deberá hacerse como tal. Deberán D’Alessandro, Bergessio, Placente, (y hasta Bilos, que el año pasado casi no jugó) volver a formar un bloque que hoy no vemos, y preocupa la baja forma general del conjunto mayoritario de jugadores, que hacen la base de aquel plantel.
Recorriendo hoy las diferentes páginas que hay del Ciclón, se ve un factor común: hay mucho malestar por el planteo mezquino y no se digiere una derrota en Venezuela. Creo como todos que San Lorenzo debe jugar al fútbol como primer remedio a esta gripe que nos aqueja.
Alguna vez el profe Castelli dijo que los hinchas de San Lorenzo tenemos paladar negro con el fútbol. No sé si es así o no, pero no tengo dudas que el recuerdo del equipo de Pellegrini quedó por el fútbol practicado, lo mismo que pasó con los Matadores, el equipo de la gira a España, el del 59 o el bicampeón del ’72. No nos gusta un equipo Cuervo colgado del travesaño como idea de juego, independientemente de que alguna vez un rival te apure y debas pegarle de punta y para arriba. Pero la de salir a jugar colgados del travesaño, sin otra ambición que la de llegar a los 90 minutos, no nos gustó nunca. Fueron varios los técnicos criticados por ese motivo por la Gloriosa.
Por otra parte lo del viernes no molestó tanto porque todos pensábamos en el martes, pero ahora que parece que “13” fue ayer, estamos todos mal de cuerpo.
Creo que hay suficientes nombres en el plantel para cambiar estos tropiezos (Orión, Botti, Placente, D’Alessandro, vistieron alguna vez la albiceleste; Aureliano es internacional por su país; Mendez, Rivero, Silvera, Bergessio, son jugadores que han sabido jugar fuera de Argentina, con otras formas y tácticas). Pero la falta de fútbol y lo perentorio de las respuestas necesarias son dos temas primordiales a tener en cuenta.
El cuerpo técnico ha sabido alguna vez ganar la Copa y demostró en el 2007 en este club que supo cómo revertir una situación calamitosa. Quiera el destino que repitan el remedio de manera urgente.
Aguante Ciclón!!
Si bien es cierto que los comerciales torneos del verano no sirven para nada, son compromisos económicos, se juegan con equipos con 48 o 72 horas de entrenamiento, y representan a veces riesgos de lesiones inútiles, lo único que tienen de bueno es que sirven para ir calibrando la mirilla y ajustando el equipo. Si nos guiamos por este último seudo-torneo, lo único que nos dejó como vestigio de lo que podría ser, fue la continuidad de esa falta de fútbol que venimos padeciendo desde el campeonato ganado en el pasado mes de junio.
Desde ya que no era nada gravemente preocupante, dado que eran momentos de mero afianzamiento, pero se dejaba traslucir que las distintas formaciones no tenían un esquema colectivo mucho más allá del sacrificio y el centro al área. Es cierto, faltaban jugadores que se estaban buscando, son partidos que no son para arriesgar el físico, y no era cuestión de quedar con jugadores de baja en ese momento.
Pero el inicio del Clausura el pasado viernes ya es un feo toque de atención.
- Un jugador que se expulsa a 4 minutos de empezar el partido, no es algo lógico.
- El año pasado, a estas épocas, soñábamos con una delantera con Fernandez, Silvera y Lavezzi; pensábamos en un ataque que no sería fácilmente sostenible por los rivales. Hoy vemos a Silvera muy solo arriba y los roles de los otros dos atacantes intentaron ser cubiertos con subidas de jugadores que, por su condición táctica dentro de un equipo, son más útiles cuando llegan por sorpresa, por desequilibrio cuando se desplaza el atacante de ese lado, pero no cuando terminan siendo la apertura constante (un delantero encara, centra, pasa para atrás, depende de cómo la vea en ese momento; los defensores llegando al fondo suelen siempre tirar un centro como única definición de su jugada). Del “tridente” nos fuimos al “unicornio”, como ese famoso de color azul que se perdió, al igual que la idea ofensiva del equipo.
- El medio campo es voluntarioso, pero no saca una pelota clara para los delanteros; falta esa limpieza de salida de Ledesma y hace ya 8 meses que lo extrañamos sin soluciones.
Para los que recordamos esa final de liguilla del ‘88 contra el fenecido Racing Club (R.I.P.), no olvidaremos que jugamos con Sivisky y Ortega Sánchez de delanteros con cuatro volantes por detrás. No teníamos delanteros para poner (Tedini, Hernandez y Perazzo lesionados), pero se buscaba cómo atacar. Hoy, lamentablemente, no vemos ese criterio.
- Los errores del fondo son dolorosos: las pifias del viernes, las malas salidas (del viernes y en Venezuela), casi siempre terminan en zozobra en el arco de Orión.
- No tenemos gol. Se fue la Gata; la forma de jugar solitaria de Silvera; los pocos minutos de Romeo; la carencia de un delantero por afuera y, por ahora, la falta de acople de D’Alessandro (que no debe conocer a sus compañeros de campo todavía) hacen que no ataquemos lastimando. Y sin goles………….
- El equipo Campeón Clausura 2007, tampoco es un misterio, fue un equipo compacto que supo juntarse, sacrificarse y hacer bien las cosas que podía. No fue el Campeón (con mayúsculas) como los Matadores, ni como el de la delantera del 46; pero fue un equipo prolijo con criterio. Si hasta como que es increíble la pérdida de ese criterio en tan poco tiempo.
Parece mentira vernos en este inicio de esta forma: dos jugados, dos perdidos, tres expulsados (o cinco en los últimos siete), cuatro goles en contra y ninguno a favor (no sólo eso, casi ninguna situación clara a favor), falta de juego colectivo, el puesto de “5” vacante, y un cierto tufillo a que la cosa viene fulera.
Ya en el campeonato pasado comentamos alguna vez (y lo pusimos en el blog) que hacía tiempo que no veíamos una jugada hilvanada, que dependíamos del centro, de un pelotazo largo, pero que estaban faltando esas jugadas que sí veíamos en el Campeón 2007. Claro, el equipo campeón, ya no existe como tal: las bajas de Ferreira, Ledesma, Fernandez y Lavezzi resquebrajaron una estructura que ahora deberá amalgamarse como equipo. Con un problema: los tiempos urgen.
Ya todos sabemos que esa época de cantar la formación de tu equipo de memoria es cosa de un pasado lejano que no regresa, y este nuevo equipo deberá hacerse como tal. Deberán D’Alessandro, Bergessio, Placente, (y hasta Bilos, que el año pasado casi no jugó) volver a formar un bloque que hoy no vemos, y preocupa la baja forma general del conjunto mayoritario de jugadores, que hacen la base de aquel plantel.
Recorriendo hoy las diferentes páginas que hay del Ciclón, se ve un factor común: hay mucho malestar por el planteo mezquino y no se digiere una derrota en Venezuela. Creo como todos que San Lorenzo debe jugar al fútbol como primer remedio a esta gripe que nos aqueja.
Alguna vez el profe Castelli dijo que los hinchas de San Lorenzo tenemos paladar negro con el fútbol. No sé si es así o no, pero no tengo dudas que el recuerdo del equipo de Pellegrini quedó por el fútbol practicado, lo mismo que pasó con los Matadores, el equipo de la gira a España, el del 59 o el bicampeón del ’72. No nos gusta un equipo Cuervo colgado del travesaño como idea de juego, independientemente de que alguna vez un rival te apure y debas pegarle de punta y para arriba. Pero la de salir a jugar colgados del travesaño, sin otra ambición que la de llegar a los 90 minutos, no nos gustó nunca. Fueron varios los técnicos criticados por ese motivo por la Gloriosa.
Por otra parte lo del viernes no molestó tanto porque todos pensábamos en el martes, pero ahora que parece que “13” fue ayer, estamos todos mal de cuerpo.
Creo que hay suficientes nombres en el plantel para cambiar estos tropiezos (Orión, Botti, Placente, D’Alessandro, vistieron alguna vez la albiceleste; Aureliano es internacional por su país; Mendez, Rivero, Silvera, Bergessio, son jugadores que han sabido jugar fuera de Argentina, con otras formas y tácticas). Pero la falta de fútbol y lo perentorio de las respuestas necesarias son dos temas primordiales a tener en cuenta.
El cuerpo técnico ha sabido alguna vez ganar la Copa y demostró en el 2007 en este club que supo cómo revertir una situación calamitosa. Quiera el destino que repitan el remedio de manera urgente.
Aguante Ciclón!!
Segola
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