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27 jun 2007

Bisagra a 500 metros

Terminó el torneo de fútbol y empieza ahora la Copa América. Estaremos todos pendientes de la albiceleste y su participación, la recuperación de un estilo histórico, la posibilidad de volver a ganar algo después de mucho tiempo, etc., etc.

Pero la máquina generadora de dividendos, necesita de más glóbulos rojos para poder sobrevivir. Y si yerba no hay, habrá que …… dedicarse al mercado de pases y otros humos lógicos de los recesos.

El tema de los pases es algo que la prensa necesita, en época de vacaciones del circo, para seguir alimentando el negocio y generar demanda de información (traducido en compradores de prensa o en rating, y al final: money), además de favorecer con sus versiones, ciertas operaciones que tal vez no eran tan reales originalmente (las rimbombantemente llamadas acciones mediáticas, más conocidas en el barrio como “hacer bombo”). Puede ser que un jugador bien tratado por la prensa pueda tener mejor cotización que otro no tan mimado ni realzadas sus virtudes. Hay unas declaraciones de Abdó sobre las presiones mediáticas dignas de ser recordadas en el futuro, sobre todo por la referencia de posibles servilismos a generadores de ganancias (ver http://www.mundoazulgrana.com.ar/contenidos/noticias/vernoticia.php?id=353).
La prensa gráfica de estos días es muy ilustrativa para leer entrelíneas y ver cómo todos los días se cambian de orden los sustantivos, se reemplazan los verbos con sinónimos, se alteran los adverbios y se sigue diciendo siempre lo mismo sobre “el libro de pases”.

Por otro lado, una parte más del negocio del fútbol, o sea los empresarios / intermediarios / representantes, etc. necesitan que en estos momentos se hagan las operaciones económicas (léase ventas) de las cuales ellos viven. Ya bien estuvieron midiendo el rendimiento de sus inversiones durante todo el campeonato, como para que ahora, cuando es el momento de una posible toma de ganancias, dejarla pasar así porque sí. Existe aquí, como en todo mercado de valores, diferentes junglas que buscan maximizar el beneficio: los scalpers o reyes del corto plazo, los que miran más a largo plazo, y los que fuerzan la situación con el jugador como escudo. Estas ventas serán en otros casos, las tomas de beneficio de haber prestado un jugador a un club en rol de vidriera. Si entramos en ese juego, ¿qué defensa hay ahora, no?. No sabremos cómo será la historia a futuro, pero por ahora parece que el “proyecto Centenario” sería no desmantelar el equipo por el momento y si bien nadie quiere perder dinero, se apostaría por mantener la base para seguir peleando arriba. Eso deseamos.

La tercera pata de la mesa son los dirigentes que pueden tener en estas operaciones de venta la posibilidad de ingresar fondos en las cuentas bancarias (la de los clubes); esas cuentas que gestionan en nombre de terceros. Estas ventas pueden ser un buen negocio para dar salida a una figura a un mercado con más proyección mundial para el jugador, y muchas otras veces estas ventas suelen ser el parche, la aspirina que por un momento da un alivio financiero a los desmadres de una gestión, o a un negocio sobredimensionado.

Hay otra pata, más o menos activa, según el caso, que son algunos jugadores más interesados en el 15% y el futuro sueldo que en la proyección deportiva. En esta caso, personalmente, siempre respeto que cada uno quiera estar mejor con su trabajo. Es natural y justo. Lo que no siempre cierra, es la demagogia de los que declaran el amor incondicional a una camiseta (la de cualquier equipo), pero luego duermen abrazados a la transferencia por ellos mismos reclamada. Entiendo claramente una transferencia a cualquier país con historia futbolística o con una liga de calidad, pero sinceramente no veo que el fútbol turco, japonés o ruso sea una mejora deportiva cualitativa para un jugador que piense en el deporte. Pero es la realidad en que vivimos, son carreras deportivas cortas y deben saber explotarlas por su propio bien y el de su entorno.

Pero no nos olvidemos de la quinta pata de la mesa, esa que generalmente suele ser denominada así para denostar su existencia por parte de quien es el teórico dueño de la mesa. Me refiero con esa quinta pata a esa en la que todos nosotros estamos, es decir los hinchas, los socios. Y aquí por favor no olvidemos lo que todos juntos formamos: el club.

Después de ver equipos desmantelados por baches financieros, después de querernos ilusionar con jugadores retirados (que los mismos medios masivos de comunicación nos pretendieron vender como estrellas que venían a aportar su experiencia a San Lorenzo), después de ver cómo se iban jugadores como Santana, o se vendía hace unos dos meses el 50% de Botinelli en 1.100.000 U$S (¿cuánto vale hoy?, ¿cuánto piden hoy? 5 palos y medio??........ ¿aprendió a jugar estos dos últimos meses, lesionado uno de ellos?.....), ahora parece que sobrevuelan los empresarios para llevarse a Boti, a Lavezzi, la Gata, Orión, Hirsig, Ledesma, etc.

Hace 60 años atrás, tenía San Lorenzo el mote de ganar cada 13 años (33, 46, 59, 72, que se cortó en el 85 bajo la custodia técnica de López-Cavallero). Ahora la numerología dice cada 6 (95, 01 y 07). Desde ya que no me meto en estas cábalas, pero sinceramente, creo que después del olvidable 2006 transformado en el actual 2007, en que el pueblo azulgrana reventó los estadios de cualquier lugar (y hasta los bares de Getafe, je, je) y pagó lo que pagó para ver al equipo, y volvió el CASLA a ser noticia en todos lados, sería bueno que se viera que es mejor mantenerse arriba y lanzar un proyecto de verdad para el club, que pasar por el ostracismo periódico y cíclico.

De casualidad anduve por la sede en Av. La Plata el viernes antes del partido con Quilmes. Me emocionó ver, como hacía mucho no veía, la fila en la calle tanto para las entradas como para comprar cosas en la tienda. En la tienda no pude conseguir una remera “L” (“venite la semana que viene”, me decía el pibe que no podía entender que estuviera desesperado por encontrar algo en las 20 horas que pasé por Buenos Aires).

Es una constante ver cómo desarmamos equipos (recuerden del 72 para acá y hablamos), y a la memoria se me vienen los continuos desmantelamientos que sufría Veira en la época de los Camboyanos. Ahora parece por suerte que el mensaje de Ramón es claro y contamos con una ayuda providencial: las elecciones muy próximas. Desarmar el equipo ahora sería regalar todo interés de seguir al frente del club. No nos olvidemos además que estamos frente a otra posibilidad de resarcir la deuda que llevamos de 40 años con la Libertadores.

Pero…¿es necesario contar con ayudas externas para ver todo lo demás?, ¿No hemos estado pagando hasta hace poco el salir a jugar con equipos disminuidos dentro de la cancha y en los banquillos?, ¿no es hora de darse cuenta que es mejor estar allí arriba peleando, y que sea esa LA vidriera, y no que te presten a un jugador joven para foguearlo?.

Se nos viene el Centenario, la Libertadores, y más que nada y por encima de todo, la posibilidad de empezar a torcer la historia y ocupar un lugar del que poco a poco nos fueron sacando (errores propios y virtudes ajenas). Debemos en este momento ser conocedores que son importantes las cosas que se hacen desde los despachos para poder festejar (o no) de acá a un año. Entre ellas, y no la única, saber mantener y reforzar un equipo para poder hacer historia desde dentro del campo de juego, que es lo que todos los hinchas y socios deseamos fervientemente. Es un buen momento para aprovechar el envión y volver a estar en primera línea, y eso depende de cómo se conciba el modelo de club que se quiera, y para ello es importantísima la parte deportiva y la dirigencial.

Hay otra cosa que es cierta: como sea que siga el circo, la masa de hinchas seguirá, nosotros seguiremos también desde lejos, y trataremos de que quienes nos continúen, sigan ese sentimiento tan fuerte que es ser hincha de San Lorenzo..

Aguante Ciclón!!
Segola

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