Lucho Malvarez, en Madrid con la O.S.

Hace no muchos días y por intermedio de los Corbs nos contacta Lucho Malvarez. De viaje por España nos dice que tal vez pasaba por Madrid y que de hacerlo, nos avisaba. Luego de alguna otra experiencia funesta que tuvimos, temimos que efectivamente se pudiera hacer el encuentro con el mítico 4 de los Camboyanos, pero como tipo de buena madera y palabra, cumplió su compromiso verbal en los pocos momentos que tenía libres por Madrid.

Este martes pasado tuvimos la suerte y el placer de poder almorzar junto al otro ídolo uruguayo que dio lustre a la marca por la derecha.

Fueron casi dos horas de muchos años duros de su vida y de la vida del Ciclón, relatados de una forma tan apasionada que asombraba. Desde ya que salieron en la charla mil partidos del lustro jugado en San Lorenzo y de las vivencias de ese equipo tan cercano a los sentimientos Sanlorencistas. Desde las duchas con botellines de agua, pasando por las penurias de todo tipo recursos y mares de problemas que ese grupo de jugadores supo transformar en combustible para pelear, como nunca más ningún equipo peleó en la adversidad, defendiendo los colores azulgranas.

Las batallas de la Libertadores, las finales de liguillas, los técnicos, todo lo futbolístico en escasas dos horas de almuerzo que dejan la puerta abierta para un futuro reencuentro.

En lo personal me asombraron varias cosas como ser el tesón que transmite, casi sin querer, en cada cosa que cuenta y como una de sus principales virtudes; varias veces habló del respeto de la propia persona en sentido positivo, un distintivo claro a 20 años del orgullo que mostró cuando salía a jugar; su preocupación constante de dejar en claro que dejaban la vida en la cancha, como si hiciera falta recordarlo, y su permanente áurea de líder de grupo, de tipo buenamente duro y frontal.

Muchos de nosotros nos fuimos pensando varias cosas, pero entre ellas una fundamental: qué pena que no seguís jugando en San Lorenzo!! Cuánto deberían haber aprendido de este jugador otros que alguna vez jugaron por el mismo puesto pero pensaban primero en la plata. Cuánto hubieran dado los Camboyanos por tener más recursos y menos problemas para pensar solamente en jugar. En fin.

Todavía emociona ver que a 20 años de esa época sigue presente el dolor de la Libertadores perdida, cuando tan reciente tenemos el recuerdo de los que la entregaron mansamente y los que la pospusieron a interese económicos personales.

Ojalá se repita la charla porque quedaron cerca de 500 anécdotas pendientes.
Gracias Lucho.



Aguante Ciclón!!