Claro, clarito...

No hace falta aclaración para el Cuervo advertido pero como siempre hay alguno que no entiende y no pocos de los que no quieren entender convendría dejar claro, una vez más, que quien esto firma ansía, desea, se derrite por un triunfo en este sábado de diciembre que verá a nuestro equipo en el Estadio Presidente Juan Domingo Perón de la Ciudad de Avellaneda, estadio que, lamentablemente, no se verá colmado como una final de un campeonato merecía.

Son muchas las razones que una persona de mi edad tiene acumuladas para desear intensamente el triunfo de su equipo de la infancia: historias familiares, años pasados en el recinto mágico de la Av. La Plata haciendo de todo, fóbal, básquet, bowling y hasta alguna incursión primaria en el tenis junto a días de pileta y sobre todo de tablón me excusan de tener que dar explicaciones. La distancia geográfica no debe confundir la intensidad de los afectos y el compromiso. Quede claro.

A la hora del partido y si ninguna fuerza mayor lo impide estaré con mis jóvenes compañeros de la Peña Osvaldo Soriano de Madrid sufriendo, latiendo y gozando con nuestro querido Ciclón sin que ello me haga desdecir de mi idea sobre las circunstancias desfavorables en las que nuestro equipo ha tenido que afrontar este Torneo triangular a quien ya algunos ha bautizado con un nombre bien identificado con el club candidato del poder y los medios.

Vamos San Lorenzo, vamos que se puede y somos muchos los que lo deseamos fervientemente "por más contra que se dé".

Osvaldo Álvarez