Que el ritmo no pare

Tal vez pocos recuerden que hasta principios de los 70 el historial con el equipo de Nuñez no era desparejo.

Tal vez muchos, los más jóvenes, recuerden que desde el 75 en adelante visitar Nuñez o que nos visitaran era un dolor de cabeza, de muelas y más molesto que visita de suegra con ganas de pelea.

Hasta en la época de la Selección de Menotti hemos jugado el fin de semana contra equipos millonarios con 5 jugadores con 90 minutos albicelestes en la semana y uno de ellos nos metía de a cuatro en un solo tiempo.

Desde el destierro para aquí, el tema de los duelos con los dos referentes de la prensa modificó en cierta medida la historia existente. Con los bosters seguimos arriba a pesar de perder ventaja (14 partidos a mediados de los 70), pero con los de Nuñez la historia se dio vuelta de manera desproporcionada, quedando San Lorenzo abajo en el historial y hasta con rachas de 20 años sin delirio cuervo en el gallinero.


Pero algo pasó el 8M.


Llevamos 7 partidos con triunfos o empates y se nota que el nivel de molestia que genera la azulgrana es considerable. Ver equipos de Nuñez con algunos jugadores pegando como este partido de ayer o como en el de la goleada pasada, muestra un nivel de impotencia y de rabia que no imaginábamos, hasta hace poco, que pudieran llegar a tener con nosotros. La cara de algunos jugadores rivales ayer mismo al terminar el partido mostraban un enojo y una rabia propia de una herida no cerrada. Bienvenida la rabia, entonces. Disfrutemos este momento de victorias frente a la avícola de Nuñez.

No pisó el acelerador San Lorenzo en el primer tiempo y se notó en el desarrollo del juego. Una jugada a menos de un minuto de empezado el partido y con Romeo que demora el pase a la derecha para terminar siendo tapado fácilmente, hizo prever un desarrollo más avasallante sobre un equipo que venía golpeado por los resultados y con la crisis interna del cambio de DT. Pero el trámite se hizo calmo, como de quien cuida mucho las piernas, y el CARP que se animó al menos a no colgarse del travesaño e intentar tocar la pelota. Todo en media cancha y sin peligro. Hasta que entre nuestra defensa y arquero regalamos un penal ingenuo y nos vamos 0-1 al entretiempo.

En el segundo tiempo con Romagnoli en la cancha se pensó en tener más fútbol, pero la línea general fue la misma. Presionó más San Lorenzo, tuvimos algunas de esas que no se pueden perder, hasta que llegó el penal y cambió la historia. Empate, delirio, salvada en nuestro arco ante el taco del Ogrordo, pisada del Pipi, centro que Romeo anticipa y en 3 minutos un partido dado vuelta y quedar a 3 puntos de la punta. Muy buen movimiento de Romeo en el gol pasando de atrás hacia adelante del marcador para ganarle la posición y cabecear solo yendo a buscar la pelota en el aire.

Final y delirio otra vez.

Nos quedan varios objetivos a los cuervos, más allá del torneo, la Sudamericana y la Copa : ganar distancia con el hijo más coimero y seguir descontando partidos con los plumíferos de ayer y los amargos de Avellaneda.

Vamos Cuervo que se puede.


Aguante Ciclón
Segola