Por fin terminó

Si en enero de este año alguien nos decía que íbamos a quedar fuera de la copa en primera ronda, que perderíamos con cualquier rejuntado que nos tocara la pelota cerca del área, que nos despediríamos del campeonato ya en la sexta fecha, que el problema del vestuario afloraría otra vez más, que el responsable del juego colectivo dejaba un grupo de jugadores sin esquema táctico y abandonaba el barco de noche y en silencio, que se nos iban a lesionar jugadores de a pares y que entre pandilleros y poquitos dirimirían una final de campeonato, hubiéramos pensado que quien nos contaba ese libreto era un Béla Lugossi del siglo XXI con marcada animadversión contra el CASLA.

Visto lo visto, se equivocó esta vez la gitana y el relato de terror se fue cumpliendo día a día, agregándole a ello el nubarrón de la tormenta económica. Al pago de la última cuota adeudada por el último desaguisado del innombrable, se le suma una nueva deuda por un jugador (delantero – goleador, nos habían dicho) que entró en la lista de querellantes victoriosos por falta de pago y, para rematarla, ya hasta tuvimos batucada de laburantes de la Ciudad Deportiva por deudas de sueldo.

En medio de tanta malaria, la única que nos quedaba se nos esfumó impensablemente y el Grana quedó inexplicablemente fuera de la lucha contra un rival que en los papeles no debía hacerle el daño que le hizo.

Este último partido del CASLA (y de Bergessio?, y de Aguirre?, y de……) poco nos dejó. Clasificar para la Sudamericana era algo que se daba por descontado pero que terminó siendo un “objetivo” a medida que las malas noticias empezaron a florecer con fuerza en febrero. Terminamos alegrándonos por un logro menor, como consuelo de lo que nos dejó el equipo en seis meses, pensando además en el dinero que por participar le llegará al club para llenar un poquito una alcancía famélica.

Para ilusionarse……. la aparición de Juárez y González que generan sueños lógicos de ver jugadores del club llegando a la primera y jugando como deseamos todos. Hacía mucho que no veíamos una pared como la del final del segundo tiempo, adentro del área, y buscando el arco contrario. Se perdió Juárez un mano a mano por falta de puntería (más la seguramente poca serenidad propia de su inexperiencia) pero sigue mostrando que un proyecto para ser considerado seriamente.
Es poco para ilusionarse, pero en medio de tanta malaria semestral, al menos abriga una esperanza de jugadores de inferiores con el nivel necesario.

Vacaciones, reflexión, trabajo de pretemporada, recomposición de espíritu, recuperación de jugadores, establecimiento de pautas claras, ideas nuevas, armar un equipo, queda bastante para un mes sin fútbol como estaremos ahora.

Pero por lo menos, el canalla seguirá todavía pendiente de la promoción.

Aguante el Ciclón.
Segola