La noche de Getafe además de ser la de la máxima convocatoria de la peña (sólo faltó Pablo, 
siendo extrañado ya que es uno de los fundadores y de los que va siempre) fue la de una inhabitual y relativa tranquilidad viendo el desarrollo del partido.
Debo recordar que después del gol de Franz Mendezauer en Rosario hubo entre nosotros ciertas miradas cómplices: “esto es como el gol de Coloccini”, “este era el partido más chivo de todo lo chivo que queda”, y hasta Martín, rendido ante el estética del gol, se peinaba virtualmente el jopo para decir “ya está, loco, no podemos fallar ahora!!”.
En todos lados ha salido, y creo que coincidimos, con que el partido en la calle Brandsen fue el mejor del torneo y son los puntos que hoy por hoy llevamos de aire. Pero particularmente por razones de público conocimiento, ese partido se vivió con una tensión (bronca deportiva) especial y hasta que no terminó estábamos todos muy histéricos. Éste del domingo pasado fue más calmo, como que se contó con un soporte de confianza que a lo mejor en marzo todavía no sentíamos “los de afuera” del plantel.
Del partido poco podemos decir a 48 horas de terminado, y lo que diríamos serían cosas ya dichas en todos lados.
Pero ya despidiéndonos y arreglando para el viernes (sábado a la 01:00 en Madrid) surgió una mini charla con Osvaldo y un tema que nos queda dando vueltas en la cabeza (no dudo que Osvaldo meterá más mano en él).
Hoy mismo en un periódico de Argentina comentan que tras una charla con la Gata, Hirsig y Tula, se los nota confiados pero respetuosos; como con una especie de convicción interna de que se puede (no como Angeloz, espero) pero que son conscientes de que no deben subirse a la soberbia.
Y hete aquí lo que hablamos el domingo: la fuerza que le da a este grupo el haber estado en el fondo del pozo, mordiendo el polvo cada dos por tres.
Tal vez, si no se hubiera tocado fondo no se estaría ahora dando tanto valor (desde dentro del equipo) a lo que se está haciendo ahora. Es esa especie de sed de venganza deportiva, de querer manifestar que cualquiera puede un día besar la lona pero levantarse y demostrar que se es capaz.
El gallego Méndez, deprimido, amenazó con dejar el fútbol; hoy Hirsig declara “ahora disfruto jugando”; Tula pelea cada pelota a muerte, se juega en defensa, se manda en ataque. ¿Cuánto valen en esta levantada los dientes apretados de resarcirse de una mala que duró seis meses??, ¿Cuánto vale el sano orgullo malherido que quiere demostrar que dentro del deportista hay un ganador??
Somos todos siempre muy proclives a ver en un equipo cuando se han “achanchado”, cuando se
aburguesan, como que ya ganaron todo y que ya no se sacrifican (caso de los galácticos en Madrid). Ahora estamos viendo y disfrutando el efecto inverso: la sana sed de reivindicación, que es digna de destacar en este plantel que sufrió tantos golpes hace tan sólo 10 u 11 meses atrás.
Todos declaran que Ramón supo devolverles la confianza, absorberles la presión y hacerlos jugar tranquilos. Sienten que el que entra rinde y se adapta a un esquema en donde todos coinciden que para entrar hay que estar al 100% para hacer lo que tienen que hacer. Hay un mensaje de tranquilidad, de humilde confianza en sus fuerzas que poco a poco supo hacer carne en el grupo.
Sea cual sea el resultado de acá a tres fechas (estoy muy abonado al “piano, piano”) y esperando que sea el deseado, me quedaré por tiempo con esa alegría interna del levántate y anda que logró este grupo; el mismo que volvió a hacer ciertas las letras de nuestra marcha “Ciclón, tu
lema es, lucha y honor, tu estilo es, garra y tesón”.
Por eso, le debo unas gracias al grupo / equipo por recordar el
“No te sientas vencido ni aún vencido,
no te sientas esclavo ni aún esclavo”
Aguante Ciclón!!
Segola
siendo extrañado ya que es uno de los fundadores y de los que va siempre) fue la de una inhabitual y relativa tranquilidad viendo el desarrollo del partido.Debo recordar que después del gol de Franz Mendezauer en Rosario hubo entre nosotros ciertas miradas cómplices: “esto es como el gol de Coloccini”, “este era el partido más chivo de todo lo chivo que queda”, y hasta Martín, rendido ante el estética del gol, se peinaba virtualmente el jopo para decir “ya está, loco, no podemos fallar ahora!!”.
En todos lados ha salido, y creo que coincidimos, con que el partido en la calle Brandsen fue el mejor del torneo y son los puntos que hoy por hoy llevamos de aire. Pero particularmente por razones de público conocimiento, ese partido se vivió con una tensión (bronca deportiva) especial y hasta que no terminó estábamos todos muy histéricos. Éste del domingo pasado fue más calmo, como que se contó con un soporte de confianza que a lo mejor en marzo todavía no sentíamos “los de afuera” del plantel.
Del partido poco podemos decir a 48 horas de terminado, y lo que diríamos serían cosas ya dichas en todos lados.
Pero ya despidiéndonos y arreglando para el viernes (sábado a la 01:00 en Madrid) surgió una mini charla con Osvaldo y un tema que nos queda dando vueltas en la cabeza (no dudo que Osvaldo meterá más mano en él).
Hoy mismo en un periódico de Argentina comentan que tras una charla con la Gata, Hirsig y Tula, se los nota confiados pero respetuosos; como con una especie de convicción interna de que se puede (no como Angeloz, espero) pero que son conscientes de que no deben subirse a la soberbia.
Y hete aquí lo que hablamos el domingo: la fuerza que le da a este grupo el haber estado en el fondo del pozo, mordiendo el polvo cada dos por tres.
Tal vez, si no se hubiera tocado fondo no se estaría ahora dando tanto valor (desde dentro del equipo) a lo que se está haciendo ahora. Es esa especie de sed de venganza deportiva, de querer manifestar que cualquiera puede un día besar la lona pero levantarse y demostrar que se es capaz.
El gallego Méndez, deprimido, amenazó con dejar el fútbol; hoy Hirsig declara “ahora disfruto jugando”; Tula pelea cada pelota a muerte, se juega en defensa, se manda en ataque. ¿Cuánto valen en esta levantada los dientes apretados de resarcirse de una mala que duró seis meses??, ¿Cuánto vale el sano orgullo malherido que quiere demostrar que dentro del deportista hay un ganador??
Somos todos siempre muy proclives a ver en un equipo cuando se han “achanchado”, cuando se
aburguesan, como que ya ganaron todo y que ya no se sacrifican (caso de los galácticos en Madrid). Ahora estamos viendo y disfrutando el efecto inverso: la sana sed de reivindicación, que es digna de destacar en este plantel que sufrió tantos golpes hace tan sólo 10 u 11 meses atrás.Todos declaran que Ramón supo devolverles la confianza, absorberles la presión y hacerlos jugar tranquilos. Sienten que el que entra rinde y se adapta a un esquema en donde todos coinciden que para entrar hay que estar al 100% para hacer lo que tienen que hacer. Hay un mensaje de tranquilidad, de humilde confianza en sus fuerzas que poco a poco supo hacer carne en el grupo.
Sea cual sea el resultado de acá a tres fechas (estoy muy abonado al “piano, piano”) y esperando que sea el deseado, me quedaré por tiempo con esa alegría interna del levántate y anda que logró este grupo; el mismo que volvió a hacer ciertas las letras de nuestra marcha “Ciclón, tu
lema es, lucha y honor, tu estilo es, garra y tesón”.Por eso, le debo unas gracias al grupo / equipo por recordar el
“No te sientas vencido ni aún vencido,
no te sientas esclavo ni aún esclavo”
Aguante Ciclón!!
Segola
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