A la familia cuerva del mundo:
Madrid, 25 de agosto de 2021,-
Con profundo pesar y consternación por los acontecimientos que estremecen la vida de nuestro club desde hace años, agravados por circunstancias lamentables que vienen sucediéndose recientemente en el plano institucional, deportivo, económico y social de nuestro amado San Lorenzo de Almagro, la peña oficial sanlorencista Osvaldo Soriano - Cuervos de Madrid considera necesario redactar esta carta abierta para todos los integrantes de nuestra querida familia azulgrana.
No pertenecemos ni respondemos a intereses políticos de ninguna facción del club. Jamás lo hicimos antes, ahora, ni nunca ocurrirá. Nuestra peña, conformada por hombres, mujeres y familias enteras, solo comparte el amor incondicional por nuestro club.
Estas líneas han sido consensuadas por cada uno de nosotros, a quienes nos invade el hartazgo, el dolor, la indignación, temor y angustia. Ante la penosa realidad de San Lorenzo ya no podíamos dilatar más un silencio del que no queremos sentirnos cómplices. Por ello exigimos un cambio urgente de rumbo por parte de quienes guían los destinos de la institución.
Ya son varios los años sin lograr títulos de ningún tipo, con eliminaciones vergonzosas en torneos nacionales o copas internacionales en las que hemos rifado el prestigio obtenido durante toda nuestra historia. A esa debacle deportiva se han añadido lastimosos acontecimientos institucionales, con una paupérrima situación económica – financiera.
Hoy somos un club inhibido y prácticamente fundido, la deuda se acrecienta y el déficit engorda mes a mes, a la par de que se pierden cada vez más socios, de manera lógica, por la dantesca situación que muestra la institución. Somos el campeón de cheques emitidos sin fondos y la segunda deuda en magnitud de los clubes de la AFA. Nuestro plantel está tan devaluado en términos económicos que (aun vendiendo a todos) no cubriremos la morosidad. Sin embargo, siguen rigiendo contratos estratosféricos –anclados a dólar libre- que engrosan minuto a minuto nuestro colosal pasivo. Esa es una las caras de la triste moneda, la otra es la de jugadores que prefieren ‘huir’ porque no cobran, y deciden pasar a otros clubes, incluso de menor prestigio y gloria.
¿Quién iba a pensar que después de tocar el cielo continental en 2014, cuando fuimos Campeones de América, vendrían tiempos tan adversos y nefastos? Desde esa derrota 0-4 en la final contra Lanús por el campeonato argentino en 2016, la pendiente del tobogán se viene acrecentado cada vez más, a tal punto que no solamente las campañas son cada vez peores sino que (desgraciadamente) las últimas tres que hemos padecido vienen con la mochila de presenciar un equipo a la deriva en lo futbolístico y en la capacidad de rebeldía ante la adversidad.
Pero los hinchas genuinos no nos resignaremos jamás: nuestro anhelo por un San Lorenzo cada día más grande y acorde con sus más de 113 años de vida y gloria debe hacernos exigir la disputa de la Copa Libertadores cada año y volver a ganarla como hace siete, no a vivir de recuerdos que cada día se tornen más lejanos. O, al menos, de ser competitivos y pelear campeonatos locales hasta el final.
Es verdad que San Lorenzo no puede abstraerse de la realidad en la que está inmerso. La pandemia, la economía afectada por el parón de la actividad, el fútbol suspendido durante meses, la falta de ingresos por entradas y todos los derivados de la crisis económica (mundial) han dado un duro golpe a la endeble situación que ya atravesábamos.
Pero la grave situación futbolística, económica y financiera tiene su origen en momentos bastante previos a la era COVID-19. Enumerar las incorporaciones desgraciadamente fallidas de decenas de jugadores en el último lustro que no representaron renta alguna para el club -ni deportiva ni económica- es apenas una de las aristas de este escenario. También, la danza de técnicos y representantes, y de dirigentes abandónicos o espasmódicos, que han agravado el escenario. Esta grave crisis institucional, de no haber un cambio drástico de rumbo, nos podría llevar a un descenso de categoría más temprano que tarde, o incluso a la intervención judicial del club por no poder hacer frente a las obligaciones económicas.
Llegados a este punto, los hinchas, los socios, los que no dormimos después de una derrota, esperamos que el club despierte de manera urgente (por medio de quienes lo gestionan) para no volver a aparecer en la prensa por los impagos, los juicios, las demandas. No nos lo merecemos. La gente de San Lorenzo, la que hace el sacrificio de pagar la cuota, de comprar metros, de agotar camisetas, no pretende la utopía de ganar 20 campeonatos seguidos. No somos equipo del establishment ni gozamos de los privilegios de cierta prensa. Pero tampoco estamos dispuestos a contemplar cómo se desangra el club sin hacer nada al respecto.
Solicitamos a quienes dirigen la institución y nos llevaron a esta tan lamentable situación que se aparten de los cargos que ostentan si no se sienten capacitados para ejercer las funciones que les corresponden. En ese caso, que convoquen a elecciones anticipadas, para que sean otras personas con más ganas y mayor capacidad de gestión quienes saquen al club de un lugar al que nunca se debió llegar. Y si realmente se encuentran capacitados y motivados, es hora de demostrarlo ya mismo, sin perder un minuto más.
Tenemos muchas dudas, mucha preocupación. Pero hay algo muy seguro: siempre, de toda la vida, se ha dicho que las instituciones necesitan la unión de tres factores: dirigentes, equipo e hinchas. Nosotros, los hinchas, estuvimos, estamos y estaremos.
Ciclón, te vamos a seguir adonde quieras ir.
Peña Osvaldo Soriano – Cuervos de Madrid